La Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) alerta sobre los peligros que conlleva el uso de productos cosméticos autobronceadores sin la debida protección solar. Estos productos, que en general son de buena calidad, no realizan ninguna función de filtro frente a los rayos solares, por lo que su uso sin combinarlo con dicha protección puede acarrear quemaduras, léntigos, manchas y, a largo plazo, puede favorecer la aparición de melanomas.
Cada verano es necesario insistir en las precauciones que debemos tomar al exponernos al sol en playas, piscinas y montaña. Los hechos demuestran que los españoles aún no somos conscientes del peligro que el sol representa para nuestra piel y se ha detectado un alarmante aumento de afecciones cutáneas y lesiones provocadas por los baños de sol.
Nuestra piel tiene una “memoria solar” que acumula todas las horas de exposición al sol recibidas en la vida y las resta del “capital solar” con el que nacemos (menor en el caso de las personas de piel clara). Una vez agotado este capital solar, las lesiones aparecen: fotoenvejecimiento, melanoma, cáncer de piel…
Para evitar estos peligros, la SEME recomienda utilizar siempre el mayor índice de protección posible al tomar el sol, aunque nuestra piel sea morena. El bronceado no depende del factor de la crema solar, sino de la capacidad de la piel para fabricar melanina, defensa natural ante el sol.
Por ello, una piel morena siempre se bronceará mejor que una piel clara, aunque el factor de protección usado sea alto. Al usar el protector solar, tres normas de oro: aplicarlo al menos treinta minutos antes de tomar el sol, sobre la piel completamente seca, de forma generosa y cada dos horas. Tampoco hay que olvidar que hay fármacos fotosensibilizantes que pueden aumentar la sensibilidad de la piel al sol y provocar reacciones alérgicas. Si toma medicación, consulte a su médico.
Cabinas de rayos UVA: Sólo en centros de garantía
En cuanto al uso de cabinas de rayos UVA, la SEME recomienda que se utilicen en locales que reúnan suficientes garantías de seguridad. El Ministerio de Sanidad aprobó el pasado mes de enero una normativa que regula las condiciones de instalación, intensidad de las lámparas, tiempo de desgaste y uso de estos aparatos.
Además, se sabe que los rayos UVA, aunque no queman, producen daños cutáneos a largo plazo más profundos que los rayos UBV, por lo que se recomienda no abusar de estas sesiones de sol artificial e informarse exhaustivamente de las garantías de calidad en estos locales.
Cuidados estéticos especiales
El verano invita a cuidar especialmente el aspecto físico, dado que es en esta época cuando más exponemos nuestro cuerpo. Sin embargo, hay algunas recomendaciones estéticas que SEME quiere recordar. Las zonas del cuerpo depiladas con láser o micropigmentadas (maquillaje permanente), las manchas, cicatrices, hematomas y otras marcas deben protegerse especialmente del sol pues resultan más sensibles. Se recomienda también utilizar fotoprotectores específicos para el rostro, especialmente en el caso de las pieles grasas. Las personas con problemas de circulación o varices deben tomar precauciones especiales: hay que evitar las fuentes de calor y aprovechar el mar para dar paseos por la orilla, un ejercicio agradable y muy beneficioso para el sistema cardiovascular.
Alimentación y verano
Los médicos estéticos recomiendan aprovechar el verano para mejorar nuestra alimentación y hacer ejercicio. Hay que desconfiar de las dietas relámpago y comenzar el verano con nuevos y saludables hábitos que deberán mantenerse pasadas las vacaciones. Conviene aumentar el consumo de frutas, verduras frescas y pescado: una agradable forma de mantener el peso ideal y combatir el calor. Es necesario, además, hidratar correctamente el cuerpo, consumiendo al menos dos litros de agua o zumos naturales.
Una gran opción para conseguir ambos objetivos es el tradicional gazpacho: al tomarlo ingerimos gran cantidad de vitamina C y sales minerales que se pierden en verano con el calor. Además, las vacaciones nos proporcionan la excusa perfecta para hacer algo de ejercicio: basta con dar un agradable paseo por la playa o el campo, empezando suavemente y aumentando el ritmo poco a poco, para beneficiar a nuestro organismo.
Fuente: SEME