- Los tests cardiacos rutinarios en atletas de competición sí son ‘rentables’
- El porcentaje de resultados falsamente positivos del electrocardiograma es ‘asumible’
- Detecta un caso de anomalías cardiacas mortales por cada 143 deportistas analizados
Todos jóvenes y todos han fallecido por causas cardiacas. El ejercicio físico regular es cardiosaludable, pero existe una pequeña proporción de deportistas con patologías cardiacas ‘invisibles’ que debido al sobreesfuerzo que requiere su profesión tienen un riesgo elevado de morir súbitamente. Sin embargo, ahora, un nuevo trabajo publicado esta semana en ‘British Journal of Sports Medicine‘ añade nuevos datos sobre la eficacia de realizar chequeos cardiacos regulares a los atletas de competición para prevenir que fallezcan repentinamente.
Para José Luis López Sendón, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital madrileño La Paz «los estudios se publican en un momento en el que la polémica sobre si este tipo de chequeos son costo-eficaces persiste. La razón, en parte, es el número de deportistas a los que hay que revisar para encontrar un caso es elevado».
Efectivamente, la detección de anomalías cardiacas ‘silenciosas’, pero potencialmente mortales, mediante el test conocido como Preparticipación en Chequeo Cardiovascular (PPS, sus siglas en inglés) en deportistas ha sido el tema más debatido de la medicina deportiva en los últimos años.
Arranca en 2005 con la publicación de un protocolo común europeo (las recomendaciones de Lausana) que aboga por realizar el PPS (que incluye la historia personal y clínica, un examen físico y un electrocardiograma de 12 derivaciones (ECG)) a todos los atletas de menores de 35 años. El consejo se basa en los datos obtenidos a lo largo de 25 años con la aplicación del protocolo en atletas italianos, en la región de Véneto.
Sus detractores dudaban de la ‘rentabilidad’ del chequeo, argumentando que su implantación universal proporcionaría un elevado número de resultados falsos positivos. En parte, por las diferencias demográficas de los países y, en parte, también porque el ECG suele arrojar muchos resultados falsamente positivos.
Ahora, las conclusiones de un estudio holandés van a dejar sin argumentos a los más críticos del PPS. Los investigadores, dirigidos por el doctor Besesm, de la Universidad de Groningen, aplicaron las recomendaciones de Lausana a 428 atletas entre enero de 2006 y abril de 2008. Los participantes tenían entre 12 y 35 años. «Nuestros resultados son los mismos que los obtenidos en Véneto», destacan los investigadores.
«A un 13% de los participantes se le tuvo que practicar chequeos adicionales a raíz de los datos obtenidos en la primera prueba», reza la investigación. En el transcurso del estudio se produjo un 11% de resultados falsamente positivos, «lo que supone un porcentaje aceptable», comentan los científicos. Destacan, asimismo, que «un 2% de los participantes obtuvo un resultado de patología cardiaca positivo, mientras que al 0,7% se le prescribió la restricción de deporte competitivo».
Pero los datos pueden inclinarse aún más a favor de las pruebas cardiológicas rutinarias en deportistas si el que las lleva a cabo es un cardiólogo. «En el caso de que el ECG se realice por un especialista, el porcentaje de resultados falsamente positivos se reduce al 2%», agregan los científicos holandeses.
En definitiva, el chequeo cardiológico rutinario sirvió para detectar un caso de enfermedad cardiovascular potencialmente letal por cada 143 deportistas analizados. «Sí, creo que los deportistas de competición deben pasar por este tipo de examen, no pienso lo mismo de generalizar este chequeo al resto de atletas que no participan en campeonatos», aclara el cardiólogo de La Paz.
«Las autoridades sanitarias tendrían que convencerse de que ahora es el momento de introducir el chequeo universal cardiaco y hacer las previsiones necesarias para introducir este tipo de chequeo», determina el trabajo.
Fuente: elmundo.es salud